Patricia López Lalli
Soy licenciada en sistemas de información, taquígrafa parlamentaria, capacitadora en taquigrafía e informática, escritora. Implemento el uso de la taquigrafía digital desde 2017 en mi trabajo diario como docente y como taquígrafa.
Cuarenta años avalan mi tarea, tanto en la captación de discursos en tiempo real como en la edición de diarios de sesiones legislativas, y en la formación de nuevos taquígrafos.
Publiqué en formato impreso "Aprendiendo a dibujar palabras" (curso de taquigrafía) y el libro electrónico "Taquigrafía digital: un método novedoso y eficaz para el registro taquigráfico".
Presentaciones
Panelista en la vigésimo-cuarta Conferencia Nacional de UNALE, organizada por UNATAQ Brasil (24, 25 y 26 de noviembre 2021).
Panelista en Primer Encuentro Internacional de Administración y Gestión Integral Parlamentaria, organizado por ASALRA (28, 29 y 30 de julio 2021).
Desarrolladora de metodología digital de registro taquigráfico, utilizada durante mi trabajo en las sesiones del Concejo Deliberante de Escobar, y presentada en disertaciones durante las Jornadas de Taquigrafía de Salta 2017 y en otras posteriores (Chaco, Buenos Aires, Corrientes, San Luis, La Pampa).
Publicación de artículos sobre Taquigrafía Digital en la revista de Intersteno, e-news (2019, 2020, 2021)
Escritora de cuentos y poesías, con la publicación del libro Trío Vivo (2011) y la participación en varias antologías nacionales e internacionales.
Entrevistada en varios programas radiales como escritora y como taquígrafa (Argentina y México).
Mis libros de taquigrafía
Aprendiendo a dibujar palabras
Curso teórico-práctico de taquigrafía, basado en el sistema Martí-Escobar-Inzaurraga, con aportes de la autora. Contiene desarrollo de los temas, práctica de cada uno y respuestas en apéndice final. Libro presentado en la Feria Internacional del Libro 2017, en Buenos Aires. Creado mediante taquigrafía digital.
Taquigrafía digital: un método novedoso y eficaz para el registro taquigráfico
Libro electrónico disponible en plataformas:
Preparación y experiencia
Siempre tratando de dar lo mejor
Universidad Nacional de Luján
Licenciada en Sistemas de Información y Analista de Sistemas
Universidad Católica Argentina
Licenciatura en Letras (inconclusa)
Instituto San Vicente de Paul
Bachillerato
Instituto "Mijail"
Dactilografía y taquigrafía
Educación
Cursos de capacitación
Experiencia
Neural Network and Deep Learning (Redes neuronales y aprendizaje profundo), Universidad de Stanford
Machine Learning (Inteligencia Artificial), Universidad de Stanford
Técnicas para la corrección de textos, Instituto E. Mallea
Peritaje en Informática, Consejo Profesional de Ciencias Informáticas
Tecnologías de Internet, UTN Centro Regional Villa María, Córdoba
Honorable Concejo Deliberante de Escobar
Jefa de Taquigrafía e Informática (1983 a la fecha).
Capacitadora en taquigrafía digital para principiantes y taquígrafos profesionales desde 2017
Profesora de Informática, Instituto Santa María, Escobar (2007)
Clases particulares de dactilografía, taquigrafía, informática, lengua y matemática.
Así comenzó todo
Hace muchos años, cuando yo tenía nueve, caminaba de la mano con mi madre por la calle y pasamos por unas oficinas, a través de cuyo ventanal pude ver a varias señoritas que escribían velozmente en máquinas de escribir sin mirar el teclado. Me detuve a observarlas por unos minutos, fascinada, sin poder comprender cómo hacían para no equivocar las teclas.
Fue entonces cuando le dije a mi mamá: "Yo quiero aprender eso. ¿Dónde puedo estudiar?". Ella me miró con ternura y sorpresa, y me llevó al único instituto que había en mi pueblo, cuya profesora, Norma Benelli, me dijo que ella enseñaba solo a chicas mayores, que yo era muy pequeña, que esperara unos años y volviera. Esas palabras signaron mi voluntad y decisión: yo iba a estudiar igual, aunque sea en otro instituto. Y se lo hice saber.
Entonces, Norma me dijo: "Está bien, vení una semana a prueba y vemos". Allí comenzó mi aventura entre las máquinas de escribir y la taquigrafía poco tiempo más tarde. No faltaba a una sola clase y, a la semana, tanto ella como yo sabíamos que no iba a dejar de estudiar hasta el final.
Era tan pequeña que necesitaba un almohadón sobre la silla para alcanzar las teclas, pero eso no me desanimaba, al contrario. Rotaba cada tanto en los distintos modelos de máquinas, algunos más rudimentarios, otros más amigables, pero yo allí seguía firme, practicando los ejercicios con tesón y adquiriendo más velocidad a medida que escribía.
A los diez años completé el curso -escribía 54 palabras por minuto- y obtuve mi diploma de dactilógrafa, pero mi curiosidad fue más fuerte y veía cómo, a la vez, la profesora les enseñaba a muchachas a escribir unos símbolos extraños, a una velocidad aun mayor, y mi intriga iba en aumento.
Después de recibirme de dactilógrafa y hacer un curso anexo sobre máquina de escribir electrónica, me anoté en el curso de taquigrafía. En ese momento ya tenía once años.
Fue toda una aventura para mí: navegar entre signos que representaban palabras, coordinar oído, mente, vista y mano... me parecía mágico. Debo confesar que no me resultó fácil, porque me significaba mucha tarea, sumada a la del colegio. Sin embargo, gracias al apoyo de mi dulce mamá y de Norma, mi querida profesora, logré llegar a las 110 palabras por minuto y se coronó mi éxito cuando rendí el examen final.
A mis trece años comenzaba mi aventura y de ahí en más, los garabatos fueron mis aliados hasta hoy -y creo que lo serán por siempre-.
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